"Los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra".

James Russell Lowell (1819- 1891),

poeta y crítico estadounidense





jueves, 15 de febrero de 2018

PEÑA ISASA, ¡MUCHOS LA VEN Y POCOS LA PASAN!



"Si Montejurra fuma  y Peña Isasa rasa, coge la manta y vete a casa"  Es un dicho popular con el que nuestros ancestros  predecían el tiempo que iban a tener, sin equivocación alguna.
Para llegar a la cima tenemos varias rutas. Elegimos el ascenso desde  Turruncún. Un pueblo de unas 300 almas a principios del siglo XX y que actualmente está abandonado. Derruido. En su crónica un detalle curioso. En 1965  todavía era un pueblo habitado, construyeron una nueva escuela, que  nunca se llegó a utilizar. Tal vez sus ánimas se pregunten aún, el porqué de semejante dislate.
Dejamos el coche junto a un merendero y seguimos la pista forestal que bordea el monte hacia la cima. Como nos resultaba un tanto aburrido, acotamos la subida monte a través, siguiendo entre matorrales por “senderos de cabras”.
Cruzamos un cortafuego repoblado de pinos y arbustos, que a duras penas soportaban el peso de la nieve caída la noche anterior. Las aulagas todavía sin florecer,  disfrazadas de blanco, disimulan las espinas que al rozarlas, te dibujan la piel aun a través de la ropa de invierno. Por esta zona es fácil encontrar buitres, búhos reales, lirones y lagartos entre otros… estaban aletargados.

 El silencio era total. Roto a veces por rachas de viento que arrastrando bolinches de nieve –semejantes a pequeños proyectiles-  se incrustaban en la cara sin remedio.
Al. 1475m  cota 570
Cuando llegas a la cima y desde el picacho más alto, encuentras un paisaje espectacular.  Monterreal con sus hayedos y pinos, Peñalmonte totalmente blanco, y toda la vega del Ebro comenzando a dar sus primeros brotes verdes. Un contraste sorprendente.
       El esfuerzo mereció la pena y tuvo su recompensa:  El silencio  -interrumpido a veces  por otros senderistas-, la paz, el aire puro que respiras es de un valor incalculable.
Será un recorrido que volveremos a hacer pero partiendo de Arnedo. Bien abrigados porque es cierto aquello de que: “Cuando la nieve llega a Isasa, coge la manta y vete a casa”.  

   
 

    

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